domingo, 18 de febrero de 2007

Hay un lugar...




















Hay un lugar donde los pájaros no cantan...
En ese silencio compartido aceptan la presencia de Él.
Hay un lugar donde los jazmines no tienen perfume...
En esa ausencia agrandan la manifestación del Absoluto.
Hay un lugar donde las montañas se achican...
En esa pequeñez hacen la reverencia al Único:
¿Por qué entonces el Hombre grita en medio del silencio,
avasalla la Tierra sin importarle qué destruye,
finge y en esa mentira habla de una grandeza que no entiende?
¿En nombre de qué razón mata todos los días a Dios?

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