lunes, 5 de octubre de 2009

Fidel


Nunca falta un lugarcito en mi casa para alojar a un gato. Abandonados a su suerte, recién paridos y tirados, en cajitas de cartón o simplemente en el porch la gente, indiferente o desesperada, deja en mi hogar los mininos...
Amo los animales y mi sensibilidad no me permine tener un no razonable para el ingreso de estos desesperanzados hijos de dios dejados a su suerte.
Fidel fue uno de ellos.
Su nombre fue inspirado en ese especie de uniforme de combate que trajo entre esa maleza de pelos y nos transportó al gran Fidel.
Fue dulce, cariñoso y comunicativo como pocos. Jamás sacó sus uñas, ni siquiera cuando le teníamos que dar algun remedio...
Y se fue, partió tan silenciosamente como vino. Sin quejarse, sin pedir...
Se despidió de mí con un dulce maullido...
Fue su agradecimiento por la corta estancia en nuestras vidas y voló...
Me siento triste.
¡Muy triste!

Mirando

La música del mar atraviesa la playa, los médanos sedientos beben las semifusas, un gorrión asustado se esconde entre las matas mientras la ...